La interpretación individual llega a ser un factor importante en el modo en que un jugador pega un golpe, y la principal influencia radica en la empuñadura. Una empuñadura y una posición mucho más abierta y más próxima a la pelota -estas características se suman a un drive formidable-. Este es el drive básico de Becker, jugado con mucho efecto de liftado. Las variaciones que él introduce en este drive son golpes con menos o liftado, o cortadas.
Reves Con Una Mano:
La empuñadura del revés con una mano se obtiene adoptando una «Eastern» de drive y girando la mano hacia dentro un cuarto de vuelta, colocando el pulgar diagonalmente a lo largo de la parte posterior del mango. La mano está ahora más en lo alto de la raqueta.
Reves A Dos Manos:
Los primeros ensayos para lograr un buen golpe de revés a dos manos suelen verse dificultados por la tendencia rutinaria a situarse más a la izquierda de la pista para conectar desde allí el golpe más potente de drive, pero esto retrasa el perfeccionamiento del juego de revés. No utilices estas escapatorias y procura desarrollar un buen golpe básico de revés.
Servicio:
El servicio inicia el juego; no puede suceder nada hasta que se ha efectuado el servicio. Su importancia para el resto de tu juego es crucial no hay que subestimar la confianza que origina. El tiempo y el esfuerzo dedicados a perfeccionar una técnica correcta tendrán su compensación.
Voleas:
La empuñadura básica para las voleas es la misma que para las pelotas que botan: la «Eastern» de drive para la volea de drive; la «Eastern» de revés para la volea de revés. A medida que vayas perfeccionando la acción básica de volea, y tu confianza en la misma, puedes afinar y ajustar las empuñaduras.
Devolucion Del Servicio:
La devolución del servicio es probablemente una de las situaciones más interesantes y difíciles en el tenis. En la mitad de los puntos en un juego será la primera pelota que jugarás, y no es posible encuadrarla dentro de las pelotas normales que botan, porque el contrario tiene muchas más probabilidades de las habituales, pues con la pelota en su mano no actúa bajo presión.
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